¿Te has preguntado alguna vez por qué nos gustan tanto las camas de los hoteles? ¿Qué tienen que tu cama no tiene?
En esta entrada del blog te vamos a contar cómo hacer que tu cama parezca la de un hotel con encanto, de esos que en cuanto te dan la llave de la habitación, lo primero que nos fascina es esa cama tan bien hecha, tan apetecible, como un canto de sirena que nos llama a abalanzarnos sobre ella y descansar.
Primer truco
El color de las sábanas, cojines, almohadas y mantas o edredones que pongas tiene que ser claro.
Puede ser blanco, blanco roto, o beis claro, ya que estos colores dan sensación de pulcritud, limpieza, confort y lujo.
En este artículo de La Vanguardia, cuentan que aunque parezca un poco absurdo utilizar este color porque es mucho menos sufrido que otros (se mancha fácilmente y el desgaste por el uso se ve más pronto), es el color estrella en los hoteles y la tendencia actual porque forzosamente tiene que estar en buenas condiciones para que se vea bien, lo que refleja un lujo que antes solo se podían permitir los ricos.
De hecho, hasta hace unos 20 años, los hoteleros utilizaban sábanas de colores porque eran más fáciles de lavar, manipular y su vida útil era más larga.
El blanco estaba reservado a los solo los ricos, ya que eran los únicos que podían permitirse tener la ropa blanca en excelentes condiciones.
Cuenta la historia, que la primera cama toda blanca fue la Heavenly Bed de la cadena Westin Hotels & Resort, una cama totalmente blanca.
Después de muchas pruebas, los diseñadores pudieron comprobar que la sensación de limpieza y frescor del blanco transmitía también un cierto lujo, e incluso hacía pensar a quien dormía en ella que la habitación había sido renovada recientemente.
El blanco, en definitiva, transmite emociones clave: lujo, limpieza, comodidad y pulcritud.
La idea de una cama de colores claros es que parezca que tú eres la primera persona en tumbarte en ella y disfrutarla, como si fuera un territorio virgen al que tú aterrizas por primera vez.
Segundo truco
Elige tejidos naturales y nobles
Ya hemos hablado de este tema en otra entrada del blog, pero la ropa de cama fabricada con tejidos naturales, orgánicos y nobles es más lujosa, suave y agradable, por lo que se convierte en un must si lo que queremos es equiparar nuestro dormitorio al de un hotel de lujo.
Elije sábanas y ropa de cama de tejidos como el lino, el algodón (el mejor es el egipcio) o el satén.
Y en invierno, si tienes frío, decántate por la franela para conseguir un descanso cálido y agradable.
Además de estas sensaciones agradables, suaves y lujosas, apostar por tejidos naturales es apostar por nuestra salud.
Al optar por tejidos hechos con fibras naturales, en vez de sintéticas, como poliéster, nailon, acrílico, etc., que son derivados del petróleo, evitamos la concentración de ácaros y bacterias en nuestro dormitorio, eliminamos las posibles alergias que estos tejidos sintéticos podrían crearnos.
En este artículo de Opción Bio te cuentan más sobre los principales tejidos naturales y sus propiedades.
Tercer truco
La técnica perfecta para hacer la cama
Una vez ya tengamos lista toda nuestra ropa de cama (¡de colores claros, recuerda!), y complementos como cojines, mantas o fundas nórdicas, tendremos que hacer la cama como un profesional:
El secreto para una cama bien estirada es lo que llamamos el hospital corner.
Parece complicado pero es solo cuestión de práctica. ¿No te suena de nada? Ahora te va a sonar, porque es la clave mágica de las camas de hotel.
Con el hospital corner, toda la tela que sobra de las sábanas está perfectamente recogida debajo del colchón y parece magia que, cuando te despiertas, todo sigue en su sitio.
Estos son los pasos que tendrás que seguir para conseguir tu cama perfecta:
– La sábana bajera: te recomendamos que uses sábanas bajeras elásticas. Son más fáciles y cómodas de hacer, pero recuerda tensarla al máximo para conseguir ese efecto tan suave de las camas de los hoteles.
– Sábana encimera: deja unos 50 centímetros de sobrante en la parte superior de la cama.
– Te proponemos cambiar el típico edredón nórdico por una manta de tejido natural como la de alpaca o la de pelo de camello, que no pesan nada, son muy calentitas y puedes ponerla igual dentro de la funda del nórdico. Sobre todo, recuerda: la manta tiene que ser del mismo tamaño que la sábana bajera para que quede una cama perfecta.
– Colcha: podría parecer que después del nórdico ya no te hace falta, pero si quieres conseguir una cama de ensueño, colócala encima del nórdico para conseguir esa sensación de firmeza gracias al efecto de las capas.
– Y ahora sí: fíjate en esta imagen para saber cómo recoger y colocar bajo el colchón todo lo que sobra de las capas (exceptuando el de la bajera, que ya lo habíamos recogido primero) siguiendo el método del hospital corner:
IMPORTANTE:
Tensa al máximo todas las capas para que no quede ninguna arruga.
El toque final: los cojines, las almohadas y las mantas, bien aireados, acolchados y en colores claros, que darán una sensación de suavidad y esponjosidad a tu cama.
En este vídeo tutorial puedes ver todo el proceso de una cama tersa, perfecta e impoluta.
¿Qué te ha parecido este artículo? ¿Ya has probado hacer la cama de este modo? ¿Tienes otra técnica que quieras compartir? ¡Cuéntanoslo, somos todo oídos!
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